Hasta hace pocos años, en nuestro país las latas de aluminio, una vez usadas, pasaban a formar parte de la basura. En la actualidad, existe un Plan de Reciclaje organizado por la empresa Reynolds Argentina. Las escuelas pueden participar en ese programa y reciben distintos "premios" de acuerdo con la cantidad de latas reunidas. El aluminio, a diferencia de otros metales como el oro y la plata, no existe en estado puro en la naturaleza. Se obtiene de un mineral, llamado bauxita, que es un recurso natural no renovable. Por eso, el reciclaje del aluminio ayuda a proteger el ambiente y a cuidar los recursos naturales. Por cada tonelada de aluminio que se recicla, se ahorran 5.000 kilos de bauxita.
Durante el proceso de fabricación de todos los materiales, se consume gran cantidad de energía eléctrica. Mediante el reciclaje se reduce el gasto de electricidad. En el caso del aluminio, al utilizar latas desechadas para fabricar nuevas, se ahora el 95% de la energía que se necesita para elaborarlas a partir de la bauxita.
El reciclaje de lastas comenzó en 1968 en los Angeles, Estados Unidos. En ese año, se reciclaron 450 toneladas de aluminio. En la actualidad, esa misma cantidad se recicla cada 4 horas. En 1968, con un kilo de aluminio reciclado eran fabricadas 42 latas, hoy gracias al desarrollo de la tecnología , con la misma cantidad se elaboran 62 latas.
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Bibliografía: Enciclopedia Escolar Billiken 1000-2000
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